A pesar de las campañas institucionales en contra de los casos de extorsión, estos se multiplican en el territorio oaxaqueño, lo cuestionable, es la precisión de la información con que engatusan a la gente y estos se la creen.
Un individuo fue contactado vía telefónica –se reserva su identidad- por otra persona, quien con hablar pausado le explicaba la necesidad de que le dieran una cantidad de dinero, para su seguridad, ya que en caso contrario podría sufrir consecuencias; luego de minutos de conversación, le envió una dirección para entregar el dinero. Al respecto el afectado solicito asesoría y determino hacer caso omiso a las amenazas, cerrando así el evento; sin embargo, el temor y desconfianza prevalece.
En otros casos, el final es diferente, como ex expuesto en sus redes por parte del comentarista Jaime Velásquez, quien cita un caso donde una menor de edad, por indicaciones de presuntos familiares, realizo un depósito a una cuenta bancaria de una casa departamental, de casi 40 mil pesos.
Los casos se multiplican, y no hay una operación contundente de las autoridades, se desconoce el actuar de la Policía Cibernética, o alguna entidad que logre bloquear los números celulares desde donde operan, y estos quedan solo exhibidos en una interminable lista, donde siguen haciendo uso de estos, buscando nuevas víctimas apelando a su temor o su ignorancia.