Una bomba de tiempo los grados de contaminación ambiental en Oaxaca; coinciden diversos estudios

por | Jun 1, 2024 | Estados, Portada

  •  El rio Atoyac está considerado como foco rojo a nivel nacional por las descargas de aguas negras; los hornos de ladrillo, entre los más contaminantes  

Oaxaca.- La contaminación ambiental en el estado de Oaxaca se extiende sin control en el agua, en el aire, en el suelo, en los ríos, ante autoridades omisas y falta de acciones gubernamentales para mitigarla, esto, según datos de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y la Comisión Nacional del Agua (Conagua).

La Semarnat señala que, de acuerdo a sus estudios, la entidad hay un total de 12 focos rojos de contaminación, y, según el estudio, denuncia que las labores de mitigación son insuficientes y nulas.

Mientras, la Conagua advierte que el río Atoyac es uno de los focos rojos a nivel nacional por su alta contaminación, y es considerado como de alta prioridad; pero el acuífero de los Valles Centrales está considerado como de prioridad media.

Oaxaca, además, enfrenta una severa crisis de contaminación en sus principales ríos de los Valles Centrales, debido a que en los ríos Atoyac y Salado, se descargan lo equivalente a 124 pipas de aguas negras, cada hora, sin consideración alguna, y según la Secretaría del Medio Ambiente, Energías y Desarrollo Sustentable (SEMAEDESO), existen 86 cargas directas de aguas negras, lo cual representa que las aguas procedentes del drenaje llegan a los ríos Atoyac y Salado, en una cantidad de 36 litros por segundo, señala el Centro de Estudios y de Opinión Pública (Cesop) del Congreso del Estado.

“Estos ríos están convertidos así en cuerpos hídricos con alta contaminación, en ellos se depositan las aguas negras provenientes de 34 municipios cercanos; además se han convertido en focos de infección, mismos que afectan principalmente a los habitantes de los lugares aledaños; la preocupación se mantiene latente pero no se vislumbran acciones para solucionarlo”, de acuerdo con un reporte del Organismo de Cuenca Pacífico Sur, de la Conagua.

“Los testimonios de los pobladores, señalan que mucha gente llega a tirar basura y desechos a las orillas del río, lo cual incrementa las fuentes de contaminación, incluso animales muertos, lo cual empeora las condiciones del lugar”, agrega.

Pero la contaminación se extiende y se refleja en la calidad del aire, en las condiciones en las que se encuentra la recolección y procesamiento de los residuos sólidos urbanos, y en los contaminantes del subsuelo, entre otros.

La contaminación del agua

La Conagua señala la presencia de hasta coliformes fecales por un millón de litros en el afluente, cuyo origen es de las descargas de usos municipales, industriales, comerciales, de servicios, y domésticos.

“Las enfermedades intestinales son las más comunes tras presentarse la contaminación del agua. La empresa Wetlands, encargada de la construcción y mantenimiento de plantas de tratamiento de aguas residuales, afirma que durante los últimos 6 años ha habido 115 mil 338 casos de infecciones intestinales en el Estado”.

El Atlas de la Calidad del Agua advierte que la contaminación de los ríos de Oaxaca rebasa los límites establecidos por las normas oficiales mexicanas y representan un riesgo a la salud humana.

No cumple, precisa, con el límite permisible de la NOM-127-SSA1-1994, mod. 2000; es decir, está fuera de norma.

“Por coliformes fecales: en todas las regiones del Estado se han encontrado una gran cantidad de zonas críticas; por manganeso: su presencia es más notable en la zona sur de la ciudad de Oaxaca; por fluoruros: sólo hay un lugar con estado crítico en este parámetro, y se trata del municipio de Santiago Jocotepec, en la región del Papaloapan; por nitratos: en el municipio de Pinotepa de Don Luis, así como en Santo Domingo Tehuantepec; por sulfatos: alrededor de diez puntos, sin embargo, donde es más grave es en el municipio de Santa María Petapa, en la región del Istmo. Santa María Peñoles es el municipio que presentó un PH por encima de los parámetros regulares, al ser más básico, pero sin alcanzar un nivel crítico, de 9.3, cuando lo recomendable es de entre 6.5 y 8.5”.

La basura y la contaminación del subsuelo

La Semarnat muestra en un informe que en Oaxaca existen 203 tiraderos de basura a cielo abierto y sólo el tres por ciento del resto de tiraderos de residuos sólidos urbanos, tiene características de relleno sanitario y funcionan de acuerdo a la norma mexicana 083-Semarnat2003.

A estos se suman los tiraderos clandestinos, ubicados principalmente en cañadas, riberas, orillas de carreteras y terrenos baldíos, según datos del Comité Técnico del Cambio Climático.

“Se trata de una cantidad elevada para los estándares nacionales, adicionalmente, el tratamiento brindado a los residuos sólidos en estos lugares es deficiente o nulo, esto provoca que se rieguen o esparzan parte de ellos, un caso recurrente y perjudicial es el del lixiviado (los líquidos que circulan entre los residuos que se encuentran en los vertederos) el cual permea las tierras e incluso puede alcanzar mantos acuíferos”, apunta el Cesop.

Los municipios que conforman la región de los Valles Centrales de Oaxaca son los que más basura generan en todo el estado. Según datos de la Semarnat, diariamente se generan mil 50 toneladas de residuos sólidos urbanos, lo que equivale al 33 por ciento del total que se genera en todo el estado. Y de esa basura, sólo en la capital del estado y sus municipios que conforman la zona metropolitana, generan 800 toneladas de basura diaria.

“El lugar en el cual se arrojaban la mayor parte de estos desechos, era en el predio de Zaachila, el cual está conformado por 17 hectáreas, y estaba en funciones desde 35 años atrás. El Fondo Nacional de Infraestructura advirtió a mediados del año 2021 que el basurero estaba por llenarse, puesta estaba superando el 95% de su capacidad. Dicho sitio alcanzó esa totalidad a finales de 2022, ocasionando su cierre, y una serie de problemas con los residuos en la ciudad, mismos que no se han podido solventar”, recuerda el centro de estudios del Congreso local.

Adicionalmente, las riberas del Atoyac también se han vuelto un foco de infección al concentrar grandes cantidades de basura en las orillas, a raíz del problema ocasionado por el cierre del tiradero de basura de Zaachila.

“La crisis de la basura en 2022 afecta directamente a quienes habitan, transitan, o visitan la ciudad de Oaxaca de Juárez, y los municipios circunvecinos a la capital del Estado, cuya belleza se opaca ante la proliferación de suciedad”.

Una de las muestras de la ineficiencia gubernamental o de las acciones nulas del gobierno se refleja en la recolección de basura. La dependencia federal advierte que en el estado únicamente se recolecta el 56.11 por ciento del total de la basura o residuos sólidos urbanos que se generan en todo el territorio y reporta que en la entidad únicamente existen 658 vehículos recolectores de basura y dos centros de acopio.

Y advierte que encontró 385 sitios de disposición final de residuos, en 248 de los cuales no se realizan procesos de control.

La contaminación del aire

En Oaxaca, se estima una generación en la entidad de 242 mil toneladas de dióxido de carbono, los cuales contribuyen al calentamiento global, y no se llevan a cabo acciones suficientes para su controlar las emisiones de los contaminantes.

Los Valles Centrales es donde se genera la mayor cantidad de contaminación por combustibles orgánicos visibles, como el dióxido de carbono y el óxido de nitrógeno, este último llegando al 27% en la región de la Mixteca.

Una fuente importante de contaminación del aire son los hornos de ladrillo, ubicados en los alrededores del municipio de Oaxaca de Juárez, principalmente en la carretera a El Tule, los cuales no cuentan con sistemas para aminorar el daño.

El dióxido de azufre y el amoniaco son los agentes contaminantes con mayor presencia en el estado, el sector industrial es el que produce 97% de dióxido de azufre, mientras el sector agrícola el 98% de amoniaco.

Segunda fuente de emisión de partículas PM 2.5, 17%. Los automotores son la segunda fuente generadora de monóxido de carbono (CO), producen el 34% de este contaminante.

La emisión de monóxido de carbono está relacionada principalmente con los procesos de combustión, es decir, la quema de algún combustible. Combustión doméstica, leña 28%, incendios forestales 27%, quemas agrícolas 8%, vehículos particulares 12%, camiones y camionetas públicas y comerciales 12%.

La emisión de amoniaco (NH3), se debe principalmente a la descomposición de la materia orgánica. Para el caso del Estado de Oaxaca, la producción de ganado emite el 61% de este contaminante. Además, el uso de amoniaco en la aplicación de fertilizantes y productos para el hogar también representa una emisión importante.

Las principales fuentes de contaminación

La Semarnat advierte que las principales fuentes de contaminación en Oaxaca son la industria alimenticia, petroquímica, cemento y cal, construcción, combustión doméstica de leña, incendios forestales, labranza agrícola, ladrilleras, quema agrícola, manejo y distribución de gas LP, emisiones biogénicas y emisiones erosivas.

También existen sustancias contaminantes sumamente peligrosas, “como el dióxido de sulfuro, causadas por los diversos procesos industriales; el ozono, una mezcla de elementos químicos que reaccionan a la luz solar, y contribuye al efecto invernadero; el monóxido de carbono, un gas que emiten todos los vehículos automotores con funcionamiento a base de gasolina; el plomo, que en altas concentraciones puede ocasionar problemas en diversos sistemas del organismo; dióxido de nitrógeno, su reacción en la atmósfera crea el ozono, lluvia ácida, y partículas, proveniente de los automóviles y plantas de energía, así como el uso del gas L.P”, señala el Cesop.

Y agrega los clorofluorocarbonos, responsables del daño a la capa de ozono, “destruyendo con un simple átomo de cloro cien mil moléculas de ozono”; los hidrocarburos sin quemar, el arsénico, cromo, asbesto, mercurio, las baterías e inclusive las aguas residuales, “afectan directamente a la salud de las personas, en mayor o menor medida, lo cual es determinado por su manejo y tiempo de exposición”