Ascenso a la otra montaña mágica
“(…) Por otra parte, un principio sano sólo puede producir efectos sanos, con independencia de cuál sea su criterio inicial”. La Montaña Mágica. Thomas Mann
Nacido en el Valle de Oaxaca, Everest Isacc es un joven de talento nato, que ha crecido con el arte en las venas; y que ha sabido conectar y complementar la comprensión lírica de sus sentimientos con los conocimientos que le aporta la academia, perfeccionando de esta manera su técnica.
Con solo 25 años de edad, estudiando la carrera de artes visuales y apasionado de las formas y colores, cuenta con una amplia trayectoria que lo ha llevado a exponer sus obras en su natal Oaxaca, Monterrey, Tuxpan Veracruz y Mérida Yucatán, con quienes ha podido compartir su necesidad de plasmar lo que ve, siente y escucha.
De manera internacional también ha mostrado el talento con el que cuenta, pues ha expuesto en, San Antonio Texas, Missión Mc. Allen Texas participando en esta última ciudad de los Estados Unidos de Norteamérica en la elaboración de los tapetes de “Día de Muertos” en el aeropuerto internacional, revelando así el gran orgullo que siente por sus raíces.
Estratega por convicción, muestra al mundo la forma en que ve la vida a través de sus pinturas que se desarrollan en medio de contorsionistas, animales y arlequines, y que lo ha convertido en un artista que ha superado con creces los escenarios emergentes, logrando transmitir sensaciones que dejan huella en quienes aprecian el buen arte.
El encuentro con las obras de este joven artista, provoca sin duda alguna, una interacción ineludible, que lleva al espectador a responder ante cada uno de los cuadros con la misma intensidad que el artista, ejemplo de ello en la cartomancia, la pica o el trébol donde Everest muestra una relación sutil con la muerte.
En estas obras nunca se encuentra improvisación, pues existe perspectiva histórica ya que a cada colección le anteceden varios años de trabajo, ejercicios, meditación y aprendizaje de la pintura, toda vez que el artista ha ido dominando con los años la teoría, la técnica y los conceptos, logrando la fisonomía artística, identidad y estilo.
La obra es única y original, llena de atributos que no solo contribuye a la comprensión del paisaje social y cultural en el que habita Everest, sino que rompe fronteras como se muestra en su obra “un trapecista” donde el personaje principal cuelga de un columpio toca un acordeón de juguete en tanto otro arlequín sentado sobre un globo se regodea con un violín. Es una imagen inverosímil, un juego de la imaginación de quien ha absorbido –y ahora interpreta– los cuentos y las influencias contemporáneas de generaciones.
En esta proyección pictórica encontramos también subversión y dramatismo, y su obra la puedes encontrar en la Galería ARTE + ARTE.