“Harvard ya no puede matricular a estudiantes extranjeros y los estudiantes extranjeros existentes deben transferirse o perder su estatus legal”, dijo el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos en un comunicado.
Lo anterior, luego de que el Gobierno de Trump revocara este jueves la potestad de la Universidad de Harvard para matricular estudiantes internacionales, lo que representa una fuerte escalada en la batalla por la autonomía de la escuela de la Ivy League frente a las demandas políticas de la administración.
La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, ordenó a su departamento que pusiera fin a la certificación del Programa de Estudiantes y Visitantes de Intercambio de Harvard, cumpliendo así una promesa hecha el mes pasado cuando exigió a la universidad que entregara registros detallados sobre las “actividades ilegales y violentas” de sus estudiantes internacionales antes del 30 de abril o se enfrentaría a la pérdida de su certificación.
Harvard condenó rápidamente la medida de “ilegal” en un comunicado este jueves, y agregó que está “plenamente comprometida a mantener la capacidad de Harvard para acoger a estudiantes y académicos internacionales, que provienen de más de 140 países y enriquecen a la Universidad —y a esta nación— de manera inconmensurable”.