Las sociedades mesoamericanas encontraron en los ritos sus expresiones más elaboradas, quizá por ello, las naciones indígenas de México hallaron mucha facilidad para reorganizar sus celebraciones, rituales y creencias después del proceso de asimilación forzada a la que fueron sometidos por los españoles. Fueron capaces de articularlas, hacerlas convivir con un nuevo status, nuevos personajes e instituciones para conservar hasta nuestros días una fuerte identidad propia.
Durante el virreinato en la Nueva España, surgió un fenómeno cultural conocido como sincretismo. Esta fusión surgió como resultado de la interacción entre diversas comunidades; ello es, las indígenas, los colonizadores españoles y los esclavizados de ascendencia africana. El sincretismo religioso no fue el fruto de un diálogo ni de una negociación, lo más complicado sin duda, fue congeniar con una de las enemigas más poderosas que ha tenido nuestro país: la iglesia católica, que muy a pesar de las festividades religiosas traídas del viejo continente, tuvo que convivir durante cinco siglos por ejemplo, con la ritualidad agrícola mesoamericana sustentada en las culturas prehispánicas.
Este sincretismo religioso surgido a partir del siglo XVI retoma ciertas formas del culto prehispánico que antes habían formado parte de la religión local; se tomaron en cuenta los ciclos del cultivo del maíz y otras plantas, la lluvia, las fuentes, las montañas, las cuevas, etc. Ejemplifiquemos: en el inicio del ciclo agrícola se instituyó la celebración a la Virgen de la Candelaria y al Niño Jesús. La Semana Santa abarca un simbolismo agrícola más o menos fuerte dependiendo del lugar de celebración. El Santo Entierro o Muerte de Cristo tiene un vínculo estrecho con la fertilidad de la tierra. La celebración a San Marcos, el 25 de abril en Guerrero está ligada a la petición de lluvias. La Santa Cruz del tres de mayo, es una de las principales celebraciones indígenas no solo en México. La maduración de los elotes, es el día de San Miguel del 29 de septiembre. Finalmente, el ciclo agrícola mesoamericano llega con el día de muertos que se combinó en México con la celebración de la cosecha. Lo anterior señala que diversos elementos de la cultura indígena tradicional convivieron con los conquistadores españoles.
Para bien o para mal, este sincretismo se produjo en nuestro país como en otros países en una situación de conflicto en los que se da la unión de dos cultos, contradictorios en muchos sentidos, pero aceptados por sus seguidores. El producto resultante es respetado por ambos credos y, surge como un intento de crear un ámbito de armonía en el que las dos culturas pueden convivir en un país como el nuestro en donde, tenemos que recordar que la colonia duró más tiempo en extensión que el que llevamos de ser un México independiente.
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