Gentrificación y Airbnb, los altos costos sociales para Oaxaca y sus habitantes

por | Jun 29, 2024 | Estados, Portada

  • Airbnb, el desplazamiento

PARTE 2 

Daniel y Sofía obtuvieron ingresos extraordinarios después de realizar un trabajo conjunto. En lugar de gastarlo, decidieron invertir ese dinero; después de pensar cómo, concluyeron que una buena opción era rentar un cuarto en el centro de la ciudad de Oaxaca y subarrendarlo a través de la aplicación Airbnb.

En ese entonces se estaba a mediados del año 2020, recién declarada la pandemia del Covid-19 y una serie de restricciones y recomendaciones sanitarias para impedir la propagación de la enfermedad. La pandemia, por ello, también representaba una oportunidad para encontrar una renta más económica a causa también de las restricciones de viaje y el descenso en la actividad turística.

“Nosotros sólo alquilamos un pequeño cuarto en el centro, en una casa de una familia. La familia vive ahí, la contactamos, la conocimos, hablamos, les explicamos de qué iba, porque ellos lo rentaban para estudiantes o lo que fuera. Nosotros les dijimos que teníamos la intención de subarrendar y nos dijeron que sí, que no había problema”.

Un análisis realizado por el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública del Congreso de Oaxaca, menciona que en el estado hay 8 mil 400 alquileres activos en la plataforma Airbnb y la entidad tiene un puntaje asignado de demanda alto: 7 de 10, la cual se calcula comparando el rendimiento de este mercado con los dos mil principales mercados globales de Airbnb.

La ciudad de Oaxaca de Juárez (que incluye a municipios conurbados a la capital del estado) es la que más alquileres activos tiene en esta plataforma con un total de 2 mil 955, de los cuales 1 mil 455 corresponden a la renta de casas completas, 1 mil 479 habitaciones y 21 habitaciones compartidas. Las áreas de la ciudad con mayor cantidad de alojamientos en renta, dentro de la aplicación, son Jalatlaco, Xochimilco, Centro histórico, San Felipe del Agua, Colonia Reforma, Ex Marquezado y Santa Rosa Panzacola.

En Huatulco, la segunda ciudad del estado con mayor número de alquileres activos, suma 1 mil 199; Santa María Colotepec, 1 mil 146; San Pedro Mixtepec, 902; Santa María Tonameca, 638; y San Pedro Pochutla, 417. Todos estos municipios, se encuentran ubicados en la región Costa de Oaxaca y donde están los principales destinos turísticos de playa.

Cuando Daniel y Sofía ingresaron a la plataforma de Airbnb, era distinto a lo que funciona actualmente. Antes, explican, se ofrecía lo que se tenía en casa; ahora, deben responder también a las demandas del mercado turístico como si fuera un hotel el que prestara el servicio. Los ingresos se redujeron, porque ahora no sólo se paga la comisión por el uso de la aplicación, deben, además, pagar impuestos. En conjunto oscilan entre el 40 y 50 por ciento del cobro del servicio total por la renta de la habitación.

“Por ejemplo, antes se ganaba relativamente bien porque casi lo único que te quitaban era la comisión de la plataforma; pero con las reformas que hubo, la verdad ahora se cobran impuestos y la comisión de la app subió un poco. Ya vienes ganando la mitad de lo que el huésped paga. Y ganar es un decir, porque hay que descontarle que nosotros pagamos la renta, hay que hacer la limpieza, invertir en toallas, en sábanas, en colchón, y en otros insumos acorde a los clientes”.

También el cliente o huésped cambió. La pareja explica que antes se trataban de viajeros que buscan un sitio económico o de rápido acceso para pasar una o dos noches; ahora se trata de turistas, en la extensión amplia de la palabra que esperan un servicio de mucho mayor valor: “más parecido a un hotel y hay que adaptarse y brindar ciertos beneficios. Por ejemplo, compramos un colchón nuevo cuyo precio oscila entre cuatro y seis mil pesos, sábanas de buena calidad, toallas de buena calidad, jabón, desinfectante, y la inversión en protocolos de Airbnb”.

De acuerdo con el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública, la única regulación en el estado de Oaxaca que existe en cuanto al uso de plataformas digitales que brindan hospedaje está relacionada con el protocolo de colaboración entre el Gobierno del Estado y la plataforma digital Airbnb.

En el año 2022 la Secretaría de Finanzas del Gobierno del estado, la Secretaría de Turismo de Oaxaca y la Oficina de Convenciones y Visitantes anunciaron el protocolo de colaboración entre el Gobierno del Estado y la plataforma digital Airbnb, cuyo objetivo es impulsar la tributación del 3% del impuesto sobre hospedaje.

En México, detalla, la regulación del hospedaje a través de plataformas digitales se ha dado recientemente por iniciativa del Sistema de Administración Tributaria (SAT) a través del criterio no vinculativo 41/ISR/NV publicado el 21 de agosto de 2021 en el Diario Oficial de la Federación, en el que se estableció que los servicios de hospedaje a través de plataformas tecnológicas también deben estar sujetos al pago de Impuesto Sobre la Renta (ISR) de un 4%.

Mientras que a partir del 1 de junio de 2020 se aplicaron cambios en el artículo 111° de la Ley del Impuesto sobre la Renta, y desde ahí no pueden tributar bajo el Régimen de Incorporación Fiscal si tienen ingresos de plataformas tecnológicas. Otros de los impuestos que se tributan por el uso de la plataforma Airbnnb es el IVA «causado por la prestación de servicios digitales a través de plataformas tecnológicas».

A esto se suma que en los estados se han firmado acuerdos con la plataforma Airbnb para el pago del impuesto sobre hospedaje (ISH), el cual varía en porcentaje dependiendo de los propósitos fiscales de cada estado. Como fue en el caso de Oaxaca, con la firma del protocolo. En el estado el ISH es del 3%.

“Si el huésped paga 500 pesos, 250 pesos se van entre impuestos y comisiones, y la mitad que te queda a ti lo tienes que destinar a todos los gastos: la renta, los consumibles, el papel de baño, la limpieza, la lavandería. Lo que te queda es lo que realmente se convierte en tu ganancia. Si es poco, como para vivir de eso, pero a nosotros nos viene bien como una ayuda auxiliar a nuestro trabajo regular”.

Con la regulación de las plataformas digitales en México y los acuerdos en los estados para el pago del impuesto al hospedaje, paralelamente se ha desarrollado un fenómeno en el que las inmobiliarias han acaparado este mercado. 

Anteriormente estas empresas se dedicaban como intermediarias a la renta de departamentos; pero ahora, muchas de ellas, son quienes rentan y los subarriendan a través de la plataforma de Airbnb. Con ello, controlan muchos de los espacios en renta en la ciudad de Oaxaca y obligan a las familias a desplazarse en busca de lugares más económicos para rentar; lo que a su vez, provoca un fenómeno gentrificador.

“En nuestro caso no es así, nuestro caso es un cuarto dentro de la casa de una familia que continúa con su vida normal, renta otro cuarto también donde vive otra persona normal. Somos los únicos que lo estamos subarrendando”, explican Sofía y Daniel.

Según el Centro de Estudios del Congreso de Oaxaca, en los años recientes se observa “una nueva oportunidad de acumulación de capital detrás de Airbnb”, y que los anfitriones no son familias alquilando de manera ocasional sus casas, sino inversores y propietarios ofreciendo sus inmuebles residenciales de manera constante.

“Lo anterior refuerza situaciones estructurales de desigualdad, donde inversores y propietarios tienen más opciones para extraer rentas inmobiliarias, mientras los más afectados son los inquilinos, un sector con la población más vulnerable que no puede acceder a la compra, ni al aumento del alquiler, como mujeres solteras, trabajadores precarios, jóvenes e inmigrantes”.

Por ello, señala que es “de vital importancia atender a través de marcos regulatorios los catalizadores de la gentrificación, como es el caso de las plataformas digitales que ofrecen hospedaje temporal; lo cual ha permitido la evasión fiscal y el incumplimiento de otras cargas legales por parte de estos actores quienes colocan en desventaja a los prestadores de servicios de alojamiento tradicionales (como los hoteles)”.

Algunas de las consecuencias en México, dice, de la falta de regulación de aplicaciones como Airbnb comprende el impacto fiscal, la facilidad para lavado de dinero, uso de viviendas arrendadas con fines ilegales, incumplimiento de medidas de seguridad y protección civil propias de un establecimiento de alojamiento y flagrantes violaciones al uso de suelo autorizado.

“Resulta pertinente actualizar el marco normativo que permita afrontar el proceso de gentrificación en el estado de Oaxaca que trae consigo uno de sus principales catalizadores: la plataforma Airbnb. A continuación, se enumeran algunas leyes que podrían ser reformadas o creadas”, advierte.