La Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) resolvió que niños, niñas y adolescentes son víctimas indirectas de violencia de género o familiar, al sufrir las consecuencias de actos violentos dentro del núcleo familiar.
El caso analizado involucró a una madre que, en representación de su hija menor, denunció a su expareja por violencia física, psicológica y patrimonial, solicitando medidas de protección. En primera instancia, se negó que existiera violencia familiar, pero la Corte revisó la sentencia argumentando la obligación de juzgar con perspectiva de género.
La SCJN destacó que la violencia en el hogar afecta el desarrollo de los menores, perpetuando patrones de indefensión aprendida y normalización de la violencia, lo que contribuye a su reproducción como fenómeno social.
Esta resolución refuerza el enfoque de protección integral hacia la niñez, considerando su vulnerabilidad frente a la violencia en el entorno familiar.